Esther es una voluntaria con la que contamos desde hace 25años.
“Siempre fiel a su cita de los jueves, solo la pandemia le obligó a parar, pero en cuanto pudo retomar la actividad, vino como siempre con su sonrisa eterna y buen humor. Gracias Esther, por tu disponibilidad, dulzura y cariño; por hacer muy felices a los usuarios; y por creer en nuestro proyecto y ayudarnos a crecer”.
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